sábado, 11 de julio de 2015

SALMO DEL REY DE BELLEZA


Desde las islas de la Separación, desde el imperio
de las profundidades, escucha cómo ascienden las
voces de las arpas solares. Fluye la paz sobre nuestras cabezas.
El lugar en que estamos, Malchut ,
1 es el medio de la Altura.
Volcados los llantos fecundos en un pensamiento a mi Padre,
los mundos de oro iluminan de
belleza el abismo. Testa real que sin embargo
reposas sobre mi corazón, ¡qué horror de números
lees en la memoria de la noche! Reina,
sé una verdadera mujer por la compasión suprema.
Por entero blanqueada por la piedad de la grandeza,
piensa en el más abandonado, piensa en el Creador.
El lugar en que estamos, Malchut, es el medio de la Altura.
Ante la santa labor de las constelaciones, ¿no
sientes desgarrarse tu corazón? ¡Malchut! ¡Malchut,
 esposa, ¡madre de las generaciones!
El espacio, enjambre de abejas sagradas, vuela hacia
el Adramando de estáticos aromas. ¡El lugar en
el que estamos, Malchut, es el medio de la Altura!
Porque el inmóvil Absoluto constituye el secreto deseo
de la cosa en movimiento. Regente
solar, sembrador piadoso de aquello que ha de
nacer y morir, sólo amo lo que perdura. ¡Yo mismo, yo,
Microprósopo, ardo por trasmutarme!
Aquí, como en la profundidad, nada está situado,
nada está situado! Toda realidad sólo existe en
el amor del Padre. El lugar en que estamos,
Malchut, es el medio de la Altura.
Paz sobre la tierra, oh esposa mía, oh mujer!
Paz en todo el imperio irreal, paz sobre las almas
de dulzura para quienes haces cantar las siete cuerdas del arco iris!
Cuando contempló, ¡oh Reina,
tu rostro invertido, tengo para mí la convicción
de que todo cuanto pienso nace de tu suave corazón!
El lugar en que estamos, Malchut, es el medio
de la Altura

No hay comentarios:

Publicar un comentario