sábado, 11 de julio de 2015

PLEGARIA DE HIRAM


Ser puro, tan perfectamente idéntico a tu necesidad
que no existe locura de negación que no
sitúe en relación contigo, que eres el todo, su
nada condenada a no ser más que una forma
 invertida de la afirmación -¿qué digo?-
tan espantosamente existente que la cosa distinta de ti por
tu voluntad, la creación, no puede hallar
un continente más que en tu idea de un exterior, de una
nada, a causa de que sólo tú eres infinito y de que
no hay exterior que te circunscriba; tan íntimamente
 confundido estás con mi yo, tan inseparable
de mi libertad, que tú eres quien me sostiene
hasta en mi obra de destrucción y, en el límite
extremo de mi esfuerzo, cuando la materia y el
vacío, a un tiempo idénticos y contrarios,
simultáneamente desaparezcan de mi pensamiento, éste
al punto se trasmute, de un inconcebible no ser,
cerrado a ese vacío y a ese pleno, en aquello que
constituye el propio ser, el sí del que estoy separado
 por el no que contiene, el todo que una pura
nada me impide conocer, el lugar inmóvil de todo
cuanto se mueve y que ningún movimiento puede
alcanzar, el Dios en quien soy como mi noción de
un exterior, de una separación, de la nada, está
en mí... Realidad única y revelada, que me es
tanto más entrañable cuanto que aquello que te
ama en mí no es parte alguna de mi ser, sentidos,
razón, sentimiento, ni es la suma de ellos, sino el al
ser mismo; otra vez esa nada donde el sol del Ï'
deseo de mi perfección se me aparece y me corona.
Tú, que eres aquel que es; tú, la ley, qui-
siste ser aquel que deviene; te exaltaste por encima de la ley.
Con tu más humilde idea, la de la
nada, la de un exterior, hiciste tu morada; pusiste
tu amor en ella, a fin de que te llamara desde
afuera. Eres en verdad aquel que da su luz y su
sangre. Padre, Hijo, Espiritu: yo te saludo. Que
dorado totalmente de memoria, desde la cima de
mi más alto pensamiento levante nuevamente
hacia ti mi vuelo. Que en mi Visión del mundo como en la tuya toda noción de relación y de límite
se borre. Que no haya más finito ni infinito. Que
solamente el amor vuelto lugar perdure.

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