sábado, 11 de julio de 2015

LUMEN


1.  ¿Cómo, hijo mío dichoso, has amado loca y
compasivamente a ima mujer nacida como tú del
barro ansioso y me dices ahora que no entiendes,
en absoluto, mi lenguaje?
2.  Ven, el sacrificio de la noche se enciende por
sobre nuestras cabezas. De mí a ti el antiguo su¬
frimiento se hará comprender por el antiguo sufrimiento.
3. Por detrás de la Nada, objeto del supremo
deseo, este que es menos que nada, siendo a la vez
anterior a la anterioridad del Movimiento; este
que es el más extraño, el más desconocido entre
los objetos exteriores, pero que es también
terriblemente interior;
4. Este golpea la piedra espacio-tiempo caída del
Lugar y arranca de ella grandes llamaradas a fin
de iluminar el rostro de virgen v de madre de
su amor,
5.  Uno de esos hachones, inflamado por el incendio
del universo, el sol juguete de nuestros días,
acaba de alzar vuelo tan lejos en la nada del cielo
que tú ya no lo adviertes. Él bosque y sus pájaros
constituyen una misma nube de sueño.
6.  ¿Que sabemos acaso de aquel que es menos
que la Nada de tu más alto deseo? Esto, hijo mío;
que ha soplado también en el origen de las cosas
—entiende por él tu verdadero nacimiento—,
7.  Una luminaria amante de tu pensamiento, que
es Sangre, ardiente maridaje del fuego y del
agua V sus fluencias, y, por Jo tanto, espacio y
duración.
8. Y una afirmación, que es el fondo de tu vértigo,
clama en ti, desde la eternidad de tu Memoria,
que el sol diurno, (que es no obstante tu pan,
no constituye sino una precaria alegoría.
9.  Y que la última verdad solar está en nosotros,
cargada, como Rafael, de luz inmóvil, esto es,
solamente situada.
10. Cuando desde la planta de los pies hasta la
ondulación de! bozo tu ser entero se estremece
por el sonido: Sí, entonces el lugar fijo del cosmos
emerge de las aguas corrientes del pensamiento»
11. ¡Qué lugar de magnificencia es éste, hijo
mío! El fuego y el agua se ayuntan allí y se
funden en una áurea inmovilidad: entonces todo
se vuelve instantaneidad, total ¡Memoria de los grandes
12. Y alguien grita en nosotros —pero como para
desgarrar el espacio—: ¡Yo! Y ese Yo no es ya
nuestro andrajoso orgullo, sino el Ser primero y
uno, corazón inmóvil de Lumen. Y ese Yo no
sabemos ya si se sumerge en nosotros o si nos
aspira.
13. Entonces las negras glándulas venenosas de
la vida yacíanse en nuestras manos y el bostezo
de la tumba concluye en hilaridad.
14. Echa una ojeada a tu alrededor» hijo mío.
Verás cómo todo es bueno y simple. Pero todo
esto, toda esta materia, no es sino tu propia sangre,
y esa sangre es movimiento; luego, es tiempo
y espacio.
15. Tu corazón es un sol anatómico propulsor
de tu microcosmos sanguíneo, así como los gran¬
Soles son los padres y pastores de los sistemas!
16. Esta es !a razón por la cual mis amados
.\maestros han desposado el fuego con el agua en
el calor orgánico, ligándolos con el dulce anillo
centrado del oro.
17. Y si el cerebro en su tierna charladuría se
ha vuelto Luna hermética, no es solamente por
analogía de color.
i 8. El pensamiento no es sino la hoja desprendida
del árbol de la sensitividad; el cerebro no es
lino el satélite del corazón. No hace sino recibir,
filtrar y restituir la luz afirmativa que le envía
d corazón en su espiritual radiación.
19. Luna y cerebro son receptores y ordenado¬
res de luz. Humanizan lo sobrehumano, volviendo
al dios cegador accesible a nuestros frágiles
20. Los silencios de los antiguos Maestros se ha¬
cen palabra en mi boca. Porque ha sonado la
hora de la Relatividad. Y los instrumentos hurgadores
están en nuestras manos. El día de los
símbolos ya no existe. Todo está cumplido.
21. Las venas de la crucifixión están exhaustas,
la gran obra de expiación está cumplida. En¬
tramos en la segunda inocencia, en el gozo me¬
recido, reconquistado, consciente. La Matemática
es santificada.
22. A la trinidad Materia-Espacio-Tiempo, matriz
de la multiplicidad no situada, la hemos atrapado
por la garganta en la unidad viva del Movimiento.
23. Todo esto, aun lo que escribe en este instante
mi alocada pluma, es todavía reflejo, cerebro,
luna. Pero el momento eterno del Sol de la
Memoria lavado en el Jordán de humildad nos
va a asir, y esa instantaneidad divina nos conducirá
a la celeste Canaán, la única tierra situada*
24. El inmóvil Empíreo de mi padre Dante, la
esfera pura caída otra vez en la unidad original
por la consagración del número Diez.
25. jOh, mi esposa, Renacimiento del gran rostro
de Francia y de Egipto!, toda esta ciencia me
viene de ti, por cuanto me has ejercitado en la
caridad enseñándome la confianza.
26. Imponiéndome la confianza, a mí, despreciador
en un mundo amargo, Oh, amargoí Amargo
a tal extremo que la única ofrenda de dinero
de macho a hembra y de hembra a macho atesta
allí la sinceridad del medio amor y sella con
voluptuosidad y rencor el acto de la terrestre
unión.
27. Liber Paramirum {que tú me has hecho conocer
oh Compañera), Liber Paramirum nos
quema el corazón hablando de la muerte. Cómo
se me aparece pura y clemente esta pausa del cerebro
y del corazón a los ojos de la Turba Magna
nuestra vida, silbido de la hoz contra el sílex.
28. "¡Horrible, atroz vida! Sexo abierto al primer
llegado, como escudilla de pordiosero, y corazón
razón cerrado al pobre, como Realeza en todos
los tiempos. Miel negra de la traición coagulada
en cera espesa sobre un puñado de dardos arrancados
39. "Rostros huyentes, vistos como en un aleteo
inmenso y breve de pabilos de fin de orgía, to¬
talmente desencajados por la ansiedad —tensa a
punto de romperse— de la lujuria adúltera. ¡Oh
casa, no de amor, sino de tránsito!
30. "¡Oh, mi arrogante pasión tanto tiempo aco¬
sada, y traspasada, y desgarrada! ¡Que la unidad
divina, como una cuerda de tortura, ligue final¬
mente estos miembros y órganos extraños que
vo soy!
31. "Príncipe de la Paz! afirmador bañado de
sudor bajo los olivos, yo he buscado, yo he esperado
yo he renunciado. La más pura, !a más
fiel al sonido del oro tiembla como la víbora.
32, "jOh, mar de sierra y desencadenada! Los
toneles en la cala están agostados, mi vida ha
quedado sola y sin agua dulce; he desplegado mi
espíritu como una vela de náufrago, pero la nube
pasa y no recibo el bautismo de la naturaleza.
Y he ahí que una noche de cosmos alterados se
inflama en la hueca desesperanza.
33, "Por lo alto, por lo bajo, por todas partes
hay agitación. El furor del Movimiento nos posee
un reino de la velocidad y de la trepidación
sobre la tierra, y sobre el agua, y por los aires, y
esta cosa que denominan feminismo agitación
dolorosa y estéril de grandes nenúfares amarillos
V blancos, rebeldía contra el esposo, amo de una
ciencia hueca de oración y polígamo por
debilidad nerviosa.
34. "Pulular de las nacionalidades huracán de
guerras conscientes, poesía y arte ritmados por
los motores, estenografía mental. He ahí dónde
me has arrojado, Dios celoso, en un vómito de
furioso mercurio."
35. Tal era, ayer todavía, mí plegaria matutina»
la del mediodía y la de ia noche. Pero hoy una
compañera de servicio camina en mi sombraj para
mí, hijo del Cosmopolita errante. Y sé que su¬
perabundancia de movimiento es putrefacción de
donde se levanta un nuevo trigal reanimado.
36. Y escucha todavía esta enseñanza de caridad
que he recibido de mi Compañera Renacimiento:
que la Esposa, Madre virginal de la vida, la eleve
hasta sus rodillas sangrantes del Calvario.
37. Mis hermanos de este tiempo, estos Caínes
que mi Maestro me ordena amar, jamás se han
elevado todavía por encima de nuestra delgada
atmósfera.
38. Cuanto más, afirman con soberbia que, para
quien intentara traspasarla, el sol se le aparecería
no amarillento o rojo, sino azul, eléctricamente y
glacialmente azul, en un espacio fúnebre tacho¬
nado de universos descoloridos.
39. Si así fuera verdaderamente, qué enseñanza
de caridad nos daría este científico sol que, atravesando
nuestra atmósfera humanizada por nuestra
respiración amante y ansiosa, truécase en dulce
ce Suelo de los piadosos laboratorios de antaño.
40. Pues se reviste de calor dorado y cantante,
y, no contento con nutrirnos con pan y con vino,
penetra con rayos perforadores v secretos hasta
el gran corazón de niño de la tierra.
41. Y madura el Oro incorruptible y curativo
de la divina Caridad, el meloso metal, secreción
de las abejas arcangélicas, el oro que jamás logrará
captar, sin la ayuda del Ave y del Pater,
ninguna empresa sintética.

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